TULUM, QUINTANA ROO.- Entrar a Azulik Uh May, con sus caminos sinuosos, enredaderas en cascada y diseño asimétrico, es como entrar a otro mundo. Pero el punto, dice Eduardo Neira, es sentirnos más conectados con los nuestros.
La naturaleza es más que una musa para el arquitecto autodidacta, que se conoce con el único nombre de Roth. “La naturaleza es mi escuela”, dijo. “Ves en la naturaleza que no hay ángulos cuadrados, no hay planetas cuadrados. Pero en la vida, vivimos en lugares cuadrados y nos transportamos en lugares cuadrados y trabajamos en lugares cuadrados. Entonces, nuestra mente se vuelve cuadrada”.
El corresponsal Manuel Bojórquez preguntó: «¿Crees que nos hemos alejado demasiado de la forma natural?»

Entonces, cuando Roth decidió construir una comunidad de artistas, una galería y un hogar en la jungla cerca de Tulum, México, solicitó la ayuda de las personas que mejor conocían la tierra: los indígenas mayas.

El diseño creció orgánicamente, sin planos.
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El Correo de Cancún